BODAS DE ORO


CELEBRACIÓN 50 AÑOS DE PRESENCIA MISIONERA EN BOLIVIA Y PERÚ


Hermanas y hermanos: Al iniciar nuestra celebración jubilar, como PUEBLO DE DIOS que camina, queremos hacer eco a la invitación del Papa Francisco: “Miramos el pasado con gratitud, el presente con pasión y el futuro con esperanza” .Evocamos el recuerdo agradecido de los Obispos que nos han llamado, los sacerdotes con quienes hemos compartido la misión y los pueblos que con tanto cariño nos han acogido. Todo este AYER de nuestra HISTORIA se sintetiza en una vibrante acción de gracias expresada en la celebración eucarística celebrada el 18 de enero en Bolivia y el 13 de junio en Perú, rememorando la MARCHA DEL PUEBLO DE DIOS, guiado y acompañado por la fidelidad de su Señor.



DÍA CENTRAL DE LA CELEBRACIÓN DE LAS BODAS DE ORO DE LA PRESENCIA MISIONERA DE LAS HNAS. DOMINICAS DE LA PRESENTACIÓN EN PERÚ
13 JUNIO 2015

NARRADOR.- 11 de junio 1965…Hace 50 años…JULIACA…MACARÍ…LAMPA…Sí, hace 50 años en nuestra tierra peruana.

Hace 50 años sobre la tierra de nuestro continente…Abriendo todos los caminos del corazón del hombre…hasta llegar a la semilla…VITARTE…AZÁNGARO…TOCACHE.

Hasta las crestas andinas del cóndor… sobre las playas de los azules océanos fronterizos…sobre los páramos de nuestras ciudades sin historia… Allí nuestras hermanas cual campanas de salvación, repicando amor infinito. AUCAYACU…POMATA…YUNGUYO

Del brazo de la historia, vanguardia de la caridad cristiana…Desde los campos de Dourdan y Sainville, hasta los campos de Perú, llegan a la misión con un corazón abierto, con un corazón generoso, capaz de perdonar, de olvidar injurias…de hacer el bien sin acepción de personas. AREQUIPA…RÍO GRANDE.

Vendrán más, muchas más, de todas partes brotarán como rosas… hasta que las Hermanas de la Presentación cubran toda la geografía. Hoy ellas presentes en: MOYOBAMBA,  AÑO NUEVO, El CALLAO, PUEBLO LIBRE, SAN MIGUEL, CHACLACAYO-CHISICA. Como una lluvia serán sus pétalos…como un huracán serán sus voces…Porque de la Presentación vendrán más manos dispuestas a servir hasta llenar la tierra entera.

Colegio Parroquial "Santa Cruz" – El Callao


50 AÑOS DE LA PRESENCIA MISIONERA DE LAS HERMANAS DE LA CARIDAD DOMINICAS DE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN, EN EL PERÚ


Hoy vamos a recordar y agradecer a Dios, por un tiempo especial: 50 años de entrega. En este tiempo, ha sucedido parte de la Historia de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, vivida en nuestro territorio nacional.

Como dice el Papa Francisco en el documento “Alegraos”, cuando las personas se llenan de Cristo y permanecen en él, la historia se vive, analiza y recuerda de forma diferente. Se hace más contemplativa, alegre y llena de esperanza, por eso las personas se convierten en hombres y mujeres de muchos tiempos, pues sin haber vivido la época histórica de Jesús, lo reconocen en cada momento. Por ello enlazan el pasado, la promesa y el encuentro, viven con alegría el presente, actuando en misión de caridad, preparando el futuro con esperanza de transformarlo en Cristo. 

Es este tipo de historia, que identifica la presencia misionera de las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación en el Perú, el lema del Colegio para este año “50 AÑOS PREDICANDO EL EVANGELIO CON ALEGRÍA”, expresa los elementos y experiencias que ellas han vivido. En comunidad educativa, hemos querido destacar esta característica. Son 50 años en los que Dios las ha acompañado y en los que ellas han permanecido y caminado con el Señor, a través de la promoción y ayuda social a los más necesitados. Durante estos 50 años han reconocido y reconocen a Cristo en el hermano. Y a pesar de todas las dificultades e incertidumbres lo que tienen en común es la alegría de realizar la misión, la alegría de llevar el consuelo, la alegría de haber dado su vida para cambiar la situación de los peruanos, a quienes han servido y la alegría de ver la sonrisa del hermano que es la muestra de la presencia bondadosa de Dios. 

Fue el 11 de junio de 1965 que llegaron las primeras Hermanas de la Congregación. Lo hicieron a pedido del Monseñor Julio Gonzales, Salesiano, con el objetivo de trabajar en el hospital de Juliaca (Puno) y tras el conocimiento y aceptación de la Superiora General, Thérèse des Agnes y la Superiora Provincial, Thérèse Dominique. Las Hermanas María Celina Hoyos, Magdalena del Calvario y Gabriela Montoya y todas las Hermanas llegadas a estas tierras, representan la fidelidad para responder al llamado “Ven, deja todo lo que tienes y sígueme” y la valentía de las misioneras herederas de Marie Poussepin, para ir a lugares lejanos a enfrentar la dura realidad del hermano. “Vivir y sentir como lo hizo JESÚS”.

Así en estos 50 años la obra misionera se ha extendido a otras ciudades del departamento de Puno (Juliaca, Macarí, Azángaro, Pomata y Yunguyo) y otros departamentos como Ica, San Martín, Huánuco y en Lima (los distritos de Vitarte, Comas) y El Callao. De algunas de estas ciudades han tenido que retirarse para responder a la evangelización en otros lugares o por falta de recursos humanos. Salir de un lugar, jamás es una derrota. Son los caminos que ilumina el Señor. 

Les decía que destaca sobre todo la alegría de su misión y es cierto. Tomo como fuente la obra “La Providencia hace camino en los Andes”. En esta obra las misioneras dan sus testimonios y cuentan sobre las veces en las que no ha habido comodidad y espacio adecuado, las veces en las que pasaron hambre, las veces que sufrieron la pérdida de hermanas, párrocos y del mismo prójimo, las veces en las que sufrieron rechazo de autoridades políticas y hasta eclesiásticas, las muchas veces en las que en sus vidas se expusieron al peligro cuando actuaba la guerrilla y luego posteriormente los grupos armados terroristas, quienes habían puesto precio a la vida de los religiosos y religiosas. A pesar de experiencias tan diversas lo común en todas son las frases de alegría y entusiasmo cuando partieron en misión y cuando al final de sus días se recuerda toda la historia y al hermano. Existe alegría también cuando alguna hermana celebra sus bodas de plata y oro, y en los proyectos de promoción social y talleres que dan calidad de vida digna a muchos hermanos peruanos, a través de la tarea educativa, con los enfermos, los campesinos, la promoción de la mujer y la cercanía a las familias.

Muchas frases ilustran esta misión: 

Hermana María Celina Hoyos mencionó al inicio de su testimonio “Con generosidad y entusiasmo llegué al Perú en 1965”. Otras hermanas:

  • “Ésta es mi respuesta a un envío asumido alegremente".
  • “Podemos ver la alegría desde el comienzo, hasta que se ve cumplida la finalidad de la obra”.
Y en 1987 (Aucayacu) “Después de compartir penas, el 20 de diciembre, a la luz de la Palabra de Dios, dimos una mirada retrospectiva al año que terminaba bajo el signo de la violencia, disfrutamos un almuerzo al aire libre y pese a los hechos dolorosos recientemente vividos gozamos una tarde de alegría. Jesús vino, viene, continúa viniendo y es nuestro Salvador y más aún, en realidades como ésta, porque Jesús es la imagen del hombre desvalido”.

La misión creció tras llegar al Perú. En 1983 se convirtieron en Vice-Provincia de Los Andes (Perú y Bolivia) y en el año 1995 en Provincia de Los Andes. Han visto crecer con esfuerzo la casa sede del Gobierno Provincial y acogida a las Hermanas de otros lugares. También las casas para el noviciado y Postulantado. Llegaron al Colegio Santa Cruz el 4 de enero de 1993. Hace 22 años y han celebrado con alegría la beatificación de Marie Poussepin el 20 de Noviembre de 1994 y los 300 años de la fundación de la Congregación el año 1996.

Y siguen con nosotros, mujeres de todos los tiempos, mujeres misioneras, mujeres del Señor.


A nosotros solo nos queda agradecer a Dios por la vida de las Hermanas de La Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, agradecer por la fe, fortaleza y alegría que han dado a los jóvenes, niños y enfermos, animadas por el Espíritu Santo. Agradecerles el servicio de caridad a los más necesitados de Perú y Bolivia. Pedimos a Dios que siga acompañando su Historia, camino y misión. 

Gracias, Hermanas, por los 50 años de su presencia misionera en Perú y Bolivia.


Colegio Parroquial "Santa Cruz" – El Callao

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CELEBRACIÓN DE LOS 50 AÑOS DE PRESENCIA MISIONERA EN BOLIVIA

ARCHIVO PDFLa celebración de la Eucaristía ha sido el inicio del AÑO JUBILAR de nuestra presencia misionera en Bolivia y Perú. Agradecemos a Monseñor Luis Casey, quien ha presidido nuestra celebración, a los sacerdotes, y a quienes han compartido hoy nuestra alegría. Continuaremos alabando y bendiciendo al Señor que nos sigue llamando a anunciar en estos países el gozo del Evangelio.

Con Marie Poussepin, nuestra Fundadora, mujer que ha hecho historia y con la Virgen María, nuestra Señora del don total, cantamos las glorias del SEÑOR que HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS Y por eso, ESTAMOS ALEGRES.





MIRAR EL PASADO CON GRATITUD


Compartir con la Congregación entera la alegría de nuestra Provincia de “LOS ANDES” al celebrar 50 años de nuestra presencia en Perú y Bolivia es una bella oportunidad para acoger la invitación del Papa Francisco a “mirar el pasado con gratitud” y para sentirme feliz por el regalo que el Señor me ha hecho de vivir aquí mi compromiso de “anunciar Jesucristo” desde 1979.


Sin buscar ningún protagonismo, simplemente deseo que este pequeño artículo sea la expresión de mi agradecimiento al Señor y a todas las personas que en cada una de estas etapas han sido para mí reflejo y garantía de la presencia amorosa del Dios Fiel, amoroso y providente. Agradecimiento muy profundo a mi Provincia de “Los Andes” donde he podido sentirme FELIZ de vivir mi vocación de Dominica de la Presentación.

No pretendo narrar ningún acontecimiento o anécdota concreta; me haría interminable… Prefiero dar una mirada de conjunto que me permita valorar con corazón agradecido cómo en cada envío, en cada lugar o en cada misión específica que se me ha confiado he podido experimentar la presencia del Señor, su fuerza alentadora, sus exigencias concretas y su gracia, proporcionada a mi debilidad.

El 19 de marzo de 1979. llegué a Vitarte, barrio marginado de Lima, donde solo tres hermanas prestábamos nuestros servicios misioneros en salud, educación y pastoral parroquial. En ese entonces las Comunidades del Perú formaban una “Región” a cargo de la Provincia de Medellín. Permanecí allí poco tiempo ya que en Febrero de 1981 vino a visitarnos nuestra Provincial, Hna. Margarita de la Encarnación, acompañada de H. Luz Stella Mejía, Consejera, para recibir, el 03 de Febrero, la primera profesión de dos jóvenes peruanas que habían hecho su Noviciado en Colombia: Rita Mercedes López Aliaga y Alina Chávez Valdez. La pequeña casa de Vitarte amplió sus reducidos espacios para acoger a un grupo de unas 30 hermanas venidas de todas las comunidades del Perú. Por primera vez se celebraba aquí una ceremonia de Profesión, lo cual era para todas un motivo de intensa alegría. En esa ocasión Hna. Margarita compartió con nostras el proyecto que ya se estudiaba a nivel congregacional, de unir las dos Regiones de Bolivia y Perú para formar una Viceprovincia, independiente de la Provincia de Medellín, y nos encargó buscar una casa que pudiera ser sede del nuevo gobierno.

Con la ayuda de los Padres Misioneros del Espíritu Santo, responsables en ese entonces del Seminario de Santo Toribio, se encontró la casa de la Av. Sucre, 1299; Hna. Pastora Cecilia, Ecónoma de la Provincia de Medellín, vino a Lima para hacer los trámites de su compra; pero quedaba bajo nuestra responsabilidad todas las demás gestiones de Reconocimiento de la Congregación a nivel eclesial; Personería jurídica, frente al Estado, y aún dotación de la casa que se nos había entregado totalmente desmantelada, todo lo cual exigía un gran esfuerzo, pues éramos totalmente inexpertas para estos trámites.

El 20 de Abril de 1981, acogimos a Hna. María Débora Henao; el 3 de Mayo del mismo año llegó de Colombia para encargarse de la dirección del Colegio FE Y ALEGRÌA Nº 10, de Collique, Hna. Carmen Úrsula González; conmigo fuimos la primera Comunidad de la futura Casa Viceprovincial. 






Más tarde nos visitó Hna. María Silvia Ramírez, Consejera Provincial de Medellín, y a comienzos de 1983 vino a preparar más directamente la erección de la nueva estructura, Hna. Myriam Uribe U. Consejera General, ceremonia que tuvo lugar el 14 de Octubre de 1983.

Permanecí en Lima hasta Enero de 1989, fecha en la cual tuve la alegría de ser enviada Rio Grande, campo netamente misionero, pobre, necesitado del mensaje del Evangelio, perteneciente a la Parroquia de San Cristóbal, de Palpa, (Ica), a cargo de los Padre Franciscanos Capuchinos. Permanecí allí durante 11 años, que considero como años de gracia. El ambiente fraterno de nuestra pequeña comunidad, el compartir de cerca la vida de esa gente sencilla. El trato más directo con profesores, padres de familia y alumnos, gracias a mi colaboración en la ODEC, como supervisora del sector, la asesoría de un grupo de parejas de la Comunidad “BODAS DE CANÁ”, me permitieron vivir muy consciente y alegremente “al servicio de la Iglesia en el ejercicio de la caridad”.

A partir del año 2000 tuve una experiencia análoga en la Comunidad de Aucayacu, en la selva central del Perú, en el Departamento de Huánuco. Este pueblo que había sido en la década de los 80 sede de “Sendero Luminoso” sufría las secuelas de aquella época de terror. Era necesario intensificar la “pastoral de escucha”, la cercanía a las familias, transmitiéndoles el mensaje del AMOR, para que pudieran vivir su presente con mucha fe en actitud de perdón y reconciliación y acoger el futuro con esperanza a pesar de la problemática de sus vidas.

Allí tuve como misión específica asesorar la CATEQUESIS FAMILIAR, cuyo método da primacía a la formación cristiana de los papás quienes son, a su vez, los primeros catequistas de sus hijos. Esta misión implicaba también la formación de un grupo de jóvenes “animadores” que colaboraba en la catequesis de los niños, profundizando los temas que sus papás no les habían logrado transmitir y me brindaba la ocasión de un trato muy directo con las familias, compartiendo sus problemas , iniciativas, dificultades y esperanzas.

Desde el año 2.008, estoy nuevamente en Lima, donde se viven las ventajas y las dificultades de una gran ciudad, y donde se nos presentan múltiples oportunidades de vivir el carisma de Marie Poussepin con matices muy variados.

Dando esta mirada retrospectiva a mi recorrido misionero en el Perú se intensifica mi convicción de que el Señor ha designado a nuestra Congregación una misión muy específica en la evangelización de estos países, y que, nuestra Provincia de “Los  Andes” al celebrar los 50 Años de nuestra presencia aquí,  sentirá cómo en ella se cumple la profecía de Isaías: ( 40,31) Los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y  podrán volar como las águilas… podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse”.

Hna. Isabel de la Eucaristía



































LOS 50 AÑOS DE LA MISIÓN EN BOLIVIA Y PERÚ

Al agradecer al Señor estos 50 años de la presencia misionera en Perú y Bolivia, vengo a compartir con ustedes, la riqueza recibida durante mis 35 años de servicio de caridad en estas tierras.


La sencillez de su gente, sus gestos de acogida, el compartir de su cultura, sus ritos y tradiciones, han sido para mí de gran valor, pues el respeto a la madre tierra, la armonía con la naturaleza, y sus relaciones, me fueron conduciendo a la contemplación de Dios, ya que al acoger lo suyo, pude también hacer crecer en ellos las semillas de Verbo que ya tienen, a veces muy inconscientemente en su vida, pero en el diálogo, las catequesis y el acompañamiento personal y cercano a las familias y los jóvenes, en los grupos de estudio bíblico, de la tercera edad, juveniles y vocacionales, pude hacer una misión integral, preocupándome muy particularmente de la pastoral vocacional, y apoyando desde la comisión arquidiocesana, en muchas oportunidades.

La vida fraterna entre nosotras en las diferentes comunidades, también marcó mi vida consagrada, ya que el clima de sencillez, humildad y misericordia que caracterizaban nuestros proyectos comunitarios, me ayudaron a vivir la experiencia de comunión y por ende la construcción de verdaderas comunidades, orantes, fraternas y misioneras, como fruto de la fraternidad al estilo Mere Poussepin.

Como seguramente algunas comentarán más extensamente sus experiencias, yo me quiero centrar en la experiencia vivida en la Conferencia de Religiosos y religiosas de Bolivia, donde trabajé cuatro años como Secretaria General y tres años en la Conferencia de Religiosos del Perú, complementando este trabajo con 2 años en la CLAR. (Conferencia de Religiosos de América Latina.)
No cabe duda que lo vivido ahí me abrió un vasto horizonte pues al ampliar la mirada, se valora más fuertemente la propia Congregación y desde ahí, se trabaja para que el Carisma de generosa caridad como lo soñó Marie Poussepin, crezca y germine, y así se extienda y perpetúe, pues Ella, abrió todo un abanico de posibilidades, “allí donde la iglesia las llame y sus hermanos y hermanas las necesiten.”

Es de valorar en ambas Conferencias y en la Clar, la preocupación constante por la formación de la vida religiosa en todos los niveles, Eclesial, social, religioso, político y desde ahí asumir el compromiso por la justicia y la paz, pilares fundamentales para construir el Reino. El apoyo de los Obispos y su cercanía a la vida religiosa, siempre fue incondicional y así caminamos en la comunión, buscando siempre el bien común, y por ende la causa del Reino anhelo de todos.

Para mí fueron años felices, años que añoro aún, pero todo lo vivido, me va haciendo crecer y avanzar en esa tensión constante hacia Jesucristo.

Hermanas de la Provincia de los Andes, cuenten siempre con mi afecto, y gracias, muchas gracias por la riqueza que me dejaron. Unidas en esta fiesta de las BODAS DE ORO, continuamos orando, para que el Señor suscite buenas vocaciones, para continuar el servicio de caridad en la Iglesia Boliviana y Peruana.

Con un fuerte abrazo lleno de gratitud y aprecio a cada una de ustedes.

Hna. Laura Escobar Vélez

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